Algún día te comprenderé, oh Línea 4!
Comprenderé tus pasadizos,
tus señaléticas,
la gente que transita por los andenes,
las escaleras inconclusas,
las guías que no llegan a ninguna parte.
Entenderé algún día las combinaciones
y así no estaré tan perdida cuando
a la línea 5 quiera llegar
y no me perderé en los rincones ni en las separaciones.
Y sé que en algún momento comprenderé
esa parte extraña donde el andén es doble,
donde las puertas se abren por ambos lados
y la gente solo sube y baja,
sube y baja.
Y sé que en algún momento
dejaré de ser tan huasa
y entenderé que la Línea 4a
solo es una extensión de tus brazos.
Y por fin un día podré pasar
por todas tus estaciones
sin sentirme
extraña.
Podré pasar por Quilín, Tobalaba y todas tus paradas
sin creer que llegaré a otra dimensión.
Podré pasearme por Vicente Valdés
y no morir en el intento.
Caminar por tus recovecos sin presión en el pecho.
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