sábado, 8 de junio de 2013

Las castañas...

Las castañas tienen ese efecto poderoso de transportarme a tiempos de números pequeños, de cuentos cortos antes de tomar once, de casa llena de goteras, de ropa del colegio calentada en la estufa.
Tienen un efecto poderoso, ya que además me transportan a ese lugar de veranos interminables, de risas entre las matas, de huertos olorosos y de agua cristalina de napas subterráneas.
Yo no sé por qué anhelo tanto volver ahí algún día. Por qué siempre en mi corazón está esa espina que me recuerda que mi alma se siente en casa cuando el olor de la madera seca en las brasas se allega a mi cara. Tata, siempre te quise. No sé, no recuerdo haberlo dicho mucho, pero de verdad que cada vez que una castaña llega a mis manos, es como si tú me la estuvieras mandando desde ese lugar que tan feliz me hacía/ hace incluso al recordarlo. 

Todos los otoños recuerdo que el verano pudo haber terminado con una cabalgata por entre los quillayes y llantenes coloridos. Cada vez que siento ese fruto en mi paladar, es como si el manjar más dulce del mundo fuese traído directo desde esos castaños enredados con las guías de avellanos y rebozados en esos copihues rojos. 
Todos los colores de esa cosita tan pequeña están ligados a ese lugar lleno de vida y de piedad. 

¿Te acordarás en tu sueño profundo de las veces que me rescataste de los chanchos? A mí no se me olvida que me dejabas sacar agua del pozo sin que mi mamá me viera, no se me olvida que me dejabas montar solita a la yegua colorá. Tata, ¿estarías orgulloso de verme así? ¿Serías feliz al verme haciendo cosas como adulta...como "señorita", tal como me decías?. Sé que hasta te pegarías tus vueltas a la capital para verme.

¿Vieron, castañas? por eso no tienen que venir muy seguido a visitarme. Terminaría llorando como este casi ritual de todos los años en esta fecha cuando llegan a mis manos. 
Termino de comer esta y se va cerrando ese horizonte, termina con mis manos alzadas señalado el punto que me decías era "donde el sol se abriga". La imagen por el camino de tierra y la llegada a la casa con las estrellas asomándose, casi agradeciendo; los grillos que se despiden, las luciérnagas multicolores que chocan contra los muslos, la yegua tierna, la tortilla caliente, la leche con miel y las velas que alumbraban los pasillos. Se terminan las visiones...es hora de dormir.


p.d: tengo hinchado el corazón....
p.d: "mijo', mire, qué bonito es el rocío, ¿no le parece? vea como ayuda siempre a que todo se vea más bonito, pue'. Sería un buen nombre pa' la chiquilla. Mah' bonito que la flor, es lo que le da vida a la flor..."

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