ni hay dolor más profundo.
No hay estancia más insana,
segundos más podridos, ni valores más sucios que estos.
El mundo enterrado bajo mis pies se enreda en los tobillos,
quiere anidarse en un lugar mío.
Un vacío ineludible, un escrutinio constante,
es mi vida un pasaje de amarguras convencidas
de que esto no es vida, no es vida.
Cuentan de un sabio, que un día
ResponderEliminartan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.