busca sin remedio lo que en su corazón ha guardado,
lo busca ardiente.
Centinela agita con fuerza su mano sobre el viento,
la mueve fuertemente.
Intenta detener la muerte.
Alborotado este Centinela espera al sol naciente;
lo mira, lo añora, añora ese amor creciente
que la luna ha dejado con rastros inertes.
Centinela es estrella, es cuerpo y luz despierta;
es amanecer, es calor, ternura y
lo que estos sueños míos anhelan.
Es pez volante, es revuelo de pasión,
es tornado enarbolado de hojas que me tocan
y de manos que me rozan.
Y no encuentro solución, porque está inmerso
en mis pensamientos
hablando con su idioma de marino terso.
En mi cabeza, Centinela es mi vigía
y fantaseo día con día
chocando contra él. ¡Mi corazón ya lo ansía!
p.d: los ratos de ocio me sacan el lado más cursi....
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