Espero el día para que entres
por la puerta
ciegamente
agarres por la espalda y
me cubras
de aliento
cuerpo
a
cuerpo
rostros mirando al poniente
vasijas que se contienen
y se quebrajan;
miedo;
y cuando huyeses
el presagio maravilloso de hacerte volver
me enternecería.
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