martes, 21 de mayo de 2013

Los días fríos

Frío, cuánto te esperaba. Desde mi ventana puedo ver los rayos del sol sobre los edificios, sobrepasando un par de pájaros que desafían el estado mortal en el que se encuentran. Pero yo prefiero quedarme encerrada en el frío de mi refugio. Escucho a los niños jugar en la plaza de la vuelta, pero no me llenan como lo hace el frío de mi lugar. Oigo un par de perros que han sido sacados a pasear por sus dueños, los escucho ladrar y aullar, pero prefiero ignorarlos. Siento ese frío envolviéndome, entrando por mis fosas y llegando hasta los alvéolos. Siento los espasmos de lo que algún día fue otra cosa, los dedos entumecidos al pasarlos por mis mejillas, el aire lóbrego en la separación de mi chaleco y mi pantalón. Me asomo al balcón para descubrir que el día no es tan frío como creía, y me asusta. Entro rápidamente y vuelvo a sentir la brisa gélida de mi rincón. 


p.d: El frío me está confundiendo.

p.d.2: Confundiendo mucho.

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