viernes, 10 de mayo de 2013

El momento ha llegado

Hay minutos bien podridos y otros bien diabéticos. El minuto que estoy /viviendo/ ahora es un minuto bastante insípdo. ¡En serio! bastante desabrido, diría yo.
Es tal cual te dieran un chicle que ya masticó otra persona. No hay nada. Todo está seco. Ese saco que se empezó a cargar con ensoñaciones de un mundo extraño ha sido carcomido por un saltamontes vivaracho que quiere alterar lo poco y nada que llevaba avanzado. ¿Llegará mi momento algún día? No creo, cada vez lo veo más lejano. Cada vez que vislumbro las marcas de esos minutos putrefactos, vuelvo a sentir el bolo alimenticio cayendo y moviéndose a través de mi cuerpo. Sentirme atrapada en una red gigante es lo que llevo día a día añadiéndole mayor peso a mi espalda.
¿Cuerpo? yo respondo: ente.
Ya no soy una forma, no soy una figura, no soy un mesón tibio donde apoyarte. Pasé a ser - siendo lo que más temía- un artificio endeble de lo que podría llamarse " mujer a medias " .
El chiste que no quería que me contaran de nuevo, la talla a flor de piel que surgía cuando entraba a una de esas salas asquerosas donde tantas veces pensé que moriría en manos de un "otro/a" que quiso pasarse de listo conmigo.
¿Será que alguna vez podré mirarme bien sin necesidad de los anteojos? ¿Seré tan valiente un día para aceptar que es lo que me toca vivir y no tengo más? ¿ Podré sobreponerme a las ganas gigantes de quedarme escondida en un vagón de tren hasta que me encuentres calcinada por el frío y la interperie?
El día que vea un puente yo creo que mejor ni me asomo. Últimamente me doy miedo yo misma. Tanto miedo que dejé de recurrir a ti, espejo asqueroso, para evitar la realidad.

p.d: Me hace falta tiempo, tiempo tiempo tiempo. Minutos podridos y minutos diabéticos para comprender realmente si alguna vez alcanzaré la línea blanca esa. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario