martes, 25 de diciembre de 2012

Que no se derrumbe el cielo

Y que no se derrumbe el cielo cuando pronuncie tu nombre. Que las olas del mar no estimulen a las pomposas nubes para que las lágrimas no salgan corriendo.
Que no haya latidos estrepitosos cuando alce la voz y grite tu nombre y que no me duela el pecho cada vez que me atrevo a predecir tus actos.
Y que tampoco caiga el hielo sobre mis hombros para que no tirite mi integridad. Para que mi alma no tiemble como tierra seca en algún lugar.
Que paren los desiertos, que pare la vergüenza en mi cara cuando tengo que responder por ti. Que no me atormente el rayo cada vez que te pienso de noche y me parta la nuca esa agonía de no tenerte.
Que la brisa no me queme cuando me atrevo a repetir cada sílaba de tu nombre.
Sentir que te tengo y no, que me aferro a tu recuerdo y no, que me impregno de tu amor y no es un vaivén que considero destructivo y no. Que me place y me hunde. Que me cuelga y me suelta. Que me tira y me aparta. Que no se derrumbe el cielo que construímos cuando pronuncie tu nombre. Que no se derrumbe.



p.d: Comí chocolate, me sentí peor.

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