domingo, 2 de diciembre de 2012

La otra cara







Soy un asco horroroso y terrible. Un asco que no merece misericordia; uno que se cansó de esperar el cambio, que se cansó de que las alas no afloraran nunca.
¿Es que no va a llegar nunca el momento en que de verdad sienta que siento lo que siempre he querido sentir?
Mirarme al espejo no me desalma más porque no se puede. Mirarme al espejo no me desangra más porque no se puede.
Ya no soporto verme, ya no soporto sentirme debajo de esta piel que se cae a pedazos, no soporto verme forrada en un abrigo interminable que no deja de crecer con el tiempo, no soporto verme llena de agujeros, sentirme llena de frustración y hacer como si todo fuera bien. No soporto las ganas de cambiarme de lugar, a cualquiera menos al que estoy, las ganas de pegarme una bofetada a mí misma para hacerme reaccionar.


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