Noche amiga, envuelta en una nube roja,
¿volviste para darme todo sin medida?
Volviste para deleitarme con escenas
en mi mente
agolpadas de clakes y pumpches,
humedecida en lugares
solitarios
conquistados solo por mí.
Noche parda, congraciaste a esta esclava,
¿te quedarás a juguetear en las comisuras?
Es el crepúsculo maligno
que me toca, me incita
a juguetear también
con hendiduras.
Tempestuosa noche, me mantienes alerta
¿quieres que para ti esté despierta?
Solo contigo logro conciliar los temores,
no necesito de nadie
más
que tus albores.
Y sobre mi cuerpo, un manto de
inocentes, invisibles besos
los siento y me quiebro:
tiemblo.
Y las manos dormidas de tanta
batalla establecida
campal entre
mí y la noche,
p.d: Así, tal cual.
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