martes, 23 de octubre de 2012

Nunca encuentro las palabras precisas contigo...

Nunca encuentro las palabras precisas contigo. Así es mejor,
¡Qué se esfume con el viento todo esto que me atañe!
¡Qué se escapen por las rendijas las palabras que no te digo!
Nunca encuentro las palabras correctas contigo.
Y si la silla en la que nos sentamos se rompe, déjala. Ya no la necesitaremos.
¡Qué se callen uno por uno mis pensamientos!
¡Que se rompan cada uno de los sufridos cimientos!
Vete, huye, corre antes de que sea demasiado tarde y nos acostumbremos...
Anda, toma los vuelos de mi vestido y llévatelos al principio de un nuevo mundo,
aprovecha la oportunidad que te ofrezco.
¡NO VUELVAS! Te lo imploro con fuerza ¡NO VUELVAS!
No sea que uno de estos días te encuentre rondando lo que escribo, no sea que una tarde como la de los veintitrés sea distinta y por fin me inundes con desesperada ilusión este camino vacío.
Nunca encuentro las palabras precisas contigo. Dicen que así es mejor.
Si mi silencio es obra, ponlo en práctica antes de que decida volver a escurrirme entre tus brazos. Castigo mío.
Nunca encuentro las palabras precisas contigo...



P.d: Un día como hoy nos unimos, quisimos volvernos algo, quisimos empezar algo (ese algo son tantas cosas). Que no nos olvidemos nunca de los que nos llevó a quererlo, que nunca se borre de nuestra memoria la palabra inquisidora que nos hizo encontrarnos y, como por arte de magia, comprendernos.

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