El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria rodeada de árboles imaginarios a la orilla de un río imaginario De los muros que son imaginarios penden antiguos cuadros imaginarios irreparables grietas imaginarias que representan hechos imaginarios ocurridos en mundos imaginarios en lugares y tiempos imaginarios Todas las tardes tardes imaginarias sube las escaleras imaginarias y se asoma al balcón imaginario a mirar el paisaje imaginario que consiste en un valle imaginario circundado de cerros imaginarios Sombras imaginarias vienen por el camino imaginario entonando canciones imaginarias a la muerte del sol imaginario Y en las noches de luna imaginaria sueña con la mujer imaginaria que le brindó su amor imaginario vuelve a sentir ese mismo dolor ese mismo placer imaginario y vuelve a palpitar el corazón del hombre imaginario de Hojas de parra (Santiago, Ganímedes, 1985) |
p.d2: Agradecimientos especiales al Profe Blume, quien me ha vuelto a encantar con la (anti)poesía.
p.d3: Yo volveré a mi vida imaginaria :)
Tiendo a imaginar las cosas....
¿Sabrá ese hombre imaginario que es imaginario?
ResponderEliminarSaludos :)
Yo creo que lo sabe :) y eso es lo que da pavor.
ResponderEliminarSaludillos, saludones :)