jueves, 7 de junio de 2012

Estropajos

¡Pobre estropajo el de la cocina! Me da pena mirarlo, porque sé que está esperando algo de aprecio, sé que está esperando que alguien sí comprenda las cosas que hace y, que al menos, esa persona, se de cuenta de su gran labor. "¿Pero qué gran labor?"- dirán ustedes o usted, o nadie (que puede suceder, porque mi blog no es de farándula); resulta que sin ese estropajo que tiene tu mamá en la casa y que usa a diario para limpiar o secar algún líquido de dudosa procedencia que esté dentro de tu propio hogar, se cortaría un ciclo vital de vida. Aaahhh! te estai* poniendo existencialista- pensarán, pero...hoy me siento como un estropajo, esperando el momento en que sea usado de verdad y pueda cumplir totalmente la función que siento que me toca cumplir. Tener a mi lado "algo" no significa que ese algo esté ahí porque me necesita*, a veces no sé si esto es bueno, esto es malo, si me daña o me mantiene viva, lo único que sé es que no encuentro la manera de deshacerlo.
Sí, soy un estropajo, mojado, sucio, algo poco lindo a la vista humana...¿y a quién le importa? La vida es y a nadie le importa, las murallas caen y a nadie le importa. Y adivinen qué: estoy aquí, pero a ti no te importa.
Mírame, tómame, úsame.
Hey ! Yujuuuuu ?  Estoy aquí !  AQUÍ !
Me hace falta la atención, me hace falta eso verdadero, no lo que la cotidianeidad ha proclamado en nuestra cocina*. Necesito tu atención, no tu lastima.


                                                              Mírame .  Ahora , vuelve a mirarme.

2 comentarios:

  1. Me estremeció hasta los huesos. Te quiero gotita!

    ResponderEliminar
  2. Hay veces en las que la persona que nosotros queremos que note nuestro valor... parece ser absolutamente ciega. Pero eso jamás significa que seamos como un estropajo...¿por qué no ser algo más... algo como las flores que adornan la mesa que el estropajo limpia? Hey, oye... sí, tú, te estoy hablando... vales mucho más de lo que piensas.

    ResponderEliminar