jueves, 22 de diciembre de 2016

Perdón

Este momento tan frío en las palabras, tan nublado por tu halo, tan inesperado. Nunca tuve la oportunidad de decirte lo mucho que amo pasar mis dedos por tu pelo, las yemas por tus orejas pequeñas, tiernas y sensitivas al tacto  tan frío en las palabras, tan nublado por tu halo, tan inesperado. Nunca te dije lo calmante que resultaba verte correr como jugando, como buscando el rastro que alguien dejó para ti como mensaje secreto. Llegaste cuando todo era oscuro, cuando el corazón de una niña más necesita una amiga, llegaste a modo de aire fresco en un revuelo de emociones, sentimientos, sensaciones. Me flechaste con tu mirada azul y feliz que solo buscaba una persona a la cual amar: de entre todas, no sabiendo por qué, me elegiste a mí. Nunca voy a olvidar tu olor a pelo mojado de invierno, tus patas grandes rasguñando mis piernas de la pura y blanca alegría al verme. Ni tu gesto humilde y sincero cuando sabías que no tenía un buen día. Perdóname por dejarte, perdóname por irme y ser tan egoísta, por buscar el mundo cuando en realidad para ti yo era el tuyo y con eso te bastaba. Si no alcancé a decirlo, has sido la única que en silencio lograba decirme todo, y la que entendía todo con una sola mirada. Perdóname si no te di el patio laaaaargo y lleno de pasto que alguna vez dije te daría, por no darte mejores cosas, mejores momentos; perdóname por no estar contigo cuando me necesitaste, por no entregarte todo lo que hoy siento pude haberte brindado. Perdón por no llegar a tiempo con lo necesario para tu felicidad completa. Perdóname por no haberte dado vueltas más largas, por no haber corrido más rato al lado tuyo en Viña del Mar, por haberte dejado solita un par de días en las vacaciones. Por no haberte dejado comer más comida de gato como tanto te gusta. Por haber traído un gato chico que te tenía chata el primer mes. Pero aunque no lo creas, aunque no lo entiendas, todos los días pedía al cielo me diera más tiempo contigo, todos los días preguntaba sagradamente por ti, sobre todo en el último tiempo. Aunque no me estés leyendo, cada día les contaba a mis niñas en el colegio lo bacán que eres y con el pecho inflado mostraba fotos tuyas, le ponía "Laika", "Laika 2" y "Laika 3" a mis pendrives solo con la esperanza de que alguna de mis alumnas me preguntara por qué se llamaban así y entonces poder contar anécdotas sobre nosotras. Perdóname por pasar estos últimos 7 años viéndonos tan solo un par de días a la semana, cuando yo hubiese querido tenerte a mi lado hasta en las frías salas de clases. Gracias por ir a despertarme con tus lamidos en la mañana, por saludarme con tu "uuuuuuu" todas las veces, por despertar y pararte altiro cuando me veías llegar, por pedirme un momento a solas solo para ir a la calle y correr un par de kilómetros. Por caminar para atrás tan linda y encantadora. Gracias por darme la dicha de ser abuela sin tener más de 15 años. Gracias por demostrarme tu cariño y amor con cada gesto, por llenarme de alegrías infinitas, por comerte los pasteles de la Luisa, por arrastrar una mesa carpintera por el patio, por robarte los canapés de mis cumpleaños, por recibirnos el huesito por debajo de la mesa todas las veces. Gracias por hacernos niñas felices, por arrancarte del agua y por siempre siempre siempre siempre estar ahí para nosotros, para mí hermana, para mí sin pedirme nada a cambio. Solamente te pido fuerza ahora, por favor, no me dejes, no te vayas, dame tiempo para llegar a ti y darte lo que no pude en este último tiempo. Dame tiempo para decirte cómo te llevo en mis entrañas, mi Laika...

viernes, 9 de diciembre de 2016

Sueños premonitorios

Algún día voy a ser bonita, voy a resplandecer, voy a reírme de los peces de colores y voy a dejar de soñar con lo inalcanzable; dejaré de despertar con la agonía de un día más, de un día menos, de otra vista hacia el espejo. Voy a despertar con piel de seda, con la sonrisa llena, con la vida entera...