jueves, 28 de mayo de 2015

Tears for fears

A
la
mierda
me
quiero
bajar.
Ahora.
No
quiero
perder
más
tiempo.
Es
demasiado
tarde
para
arrepentimientos.
El
miedo
cala
los
huesos
más
duros,
más
calcificados
y
no
hay
manera
de
continuar-
continuando.
Las
lágrimas,
el
humo
de
tu
cigarro.
A
la
mierda
me
quiero
bajar.




miércoles, 20 de mayo de 2015

20/05

La soledad es un permanente que intento maquillar en mi vida. Si bien en varias temporadas he encontrado una mano amena, un oído amable a quien entregarle mi entera confianza, llega un momento en el que, como por arte de magia, se esfuman, se alejan como si sintiesen vergüenza de la amistad. No tengo amigos/as, y a pesar de mis esfuerzos por querer mantener a alguien a mi lado no por objetarle, sino más bien por sentirme menos aislada, el fracaso siempre termina por decirme bofetearme duro y marcarme con una llave de soledad y miserabilidad difíciles de olvidar. Es verdad, sé que soy buena gente*, que trato de ayudar al otro sin pensar en recompensas, pero permítaseme un momento para reclamar algo que me ha hecho muy infeliz: la no amistad reinante en mi vida. Lo más difícil es intentar separar las cosas y no tomármelo tan personal, porque, sencillamente, no puedo tomármelo de otra forma. Quizás la amistad con un otro pudiese hacerme reivindicar mi pensamiento sobre este mundo, sobre la soledad misma y la existencia de razones para permanecer más allá del inocuo per sé. Es mucho pedir esa mano amiga que mantenga un tono de cariño, incondicionalidad fraterna y gotas de ternura dispuestas a la palabra precisa y el abrazo necesario de vez en cuando.