viernes, 21 de febrero de 2014

martes, 11 de febrero de 2014

Marchito las cosas

A poco caminar, me di cuenta de que tu lugar es allá. Lejos, en una tierra que no es conocida. Me bastó sentirte así. Doloroso. En penumbra. Tal vez las flores deban estar lejos de la sal, de la espuma seca. Quizás tus labios deban mantener su turgencia en la brisa libre, en el calor limpio y la paz sincera. Tal vez a mi lado se habrían marchitado, como las flores que intenté regar con lejía. Sigo siendo extraña, aunque conozca la tierra, sigo siendo extranjeramente distante. Pero, ¿por qué me sorprende? al final siempre me doy cuenta que mi lugar siempre ha sido acá, lamentablemente.


Necesario. Un cover muy lindo.

p.d: sin post- datas :(



La historia del huertito

La historia comienza con un día en que no tenía cilantro para ponerle a un mariscal que hicimos en la casa, lo que hizo tomar la decisión de crear un huerto pequeño con algunas verduritas y especias que contribuyeran a la no-falta de estos en las comidas de mi casa. Resulta que compré las semillas y le pedí los brotes a mi abuelo para comenzar los almácigos con albahaca, orégano y cilantro, planté las semillas de tomates y las de los pimentones, un poco de tomillo y el pequeño sembrado estaba iniciado. Me sentí bien cuando fin de semana tras fin de semana veía un brote nuevo o a mis albahacas más firmes y con hojas más grandes que las del brote anterior, me alegró sentir el olorcito del orégano al entrar a la casa y las maravillas que el cuidado (diario de mis papás mientras no estaba) daban a mostrar. Cuando llegué a quedarme a la casa definitivamente, los frutos y hojitas tocaban su punto más álgido de hermosura; todo el verdor que entraba por la vista podía sentirse también en el aroma y en el sonido que producía el viento entre los tallos y círculos rojos de los tomates cherry. Fue un momento tan mágico que pensé que por fin estaba "haciendo" (porque tuve mucha ayuda en el cuidado oportuno) las cosas bien, que quizás al fin las cosas que me rodeaban y preocupaban estaban comenzando a tomar su rumbo, llegaban a un punto en el que se podía disfrutar del empeño empleado en ellas. Ver algo armado con tus propias manos, construido en base a los anhelos del corazón y lleno de los deseos incontenibles de poseerlo hacía que mi alma se sintiese más gozosa de lo normal. Pero llegó el momento, triste momento de la cosecha, dulce a su vez al paladar, pero triste al asesinar todo lo que estaba representando el huertito. Me vi con las humitas en el plato y al virar la vista a la ventana, veía los rastrojos de mi albahaca fresca, el despojo de sus vestiduras de su esbelta figura, vi la sangre roja que quedó en la fuente que albergó la última morada de mis tomates y algunos pedazos de pimentón verde en ellas... me quise morir. Todo el anhelo, todas las ansias, todo el trabajo y la dedicación sirvieron por un momento, nada más. Hoy fue el último día con el cilantro cultivado, pero su sabor fue distinto, ya no fue amargo o dulce, fue de consuelo, fue extraño sentir como una comida te pide tranquilidad. El aroma fue tan relajante y cauto que creo que solo yo lo sentí, solamente yo pude darme cuenta de que mis verduras intentaron decirme que no importaba el fin de ellas, si no que lo importante fue haber sido el espacio donde pude poner todo mi corazón y toda mi alma para lograr un resultado esperado. Saborear por última vez el pequeño tomatín hizo que una lágrima se deslizara sobre la boca y sentir que todo iba a estar bien. que al final todo iba a estar bien. No importaba ya que todo se deshiciera en las lenguas de los comensales, solo importaba que llegaría otra estación que me permitiría dejar mi espíritu en las semillas.


Huertito nocturno, te extrañaré....



p.d: UYUUUUUUUUUUUUUUIIIIII (8)

jueves, 6 de febrero de 2014

A la espera de la oscuridad

Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.

Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.

Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos

Alejandra Pizarnik



p.d: momentos, momentos, antaños, antaños: ¿les gusta torturarme acaso?

miércoles, 5 de febrero de 2014

Ver más allá de ver

Perdón por hacerles perder el tiempo, por no poder ver algo más allá de lo que miro en el espejo. Perdón por sacar el tema a luz tantas veces, por llorar día tras día tratando de enfrentarme al peor de mis némesis, por perder la batalla constantemente y sentirme un estropajo asqueroso que no sabe llenar de color lo poco y nada que le queda de vida.
Perdón por no ser la persona que esperan que sea, por dejar tanto que desear con la cáscara. Por dar la pelea y sucumbir en el pozo cada vez que tengo al monstruo de frente. Perdón por estar a punto de hacer estupideces producto de la inconformidad. Tengo hasta ganas de darme golpes en la cara, de moretearme hasta que ya no haya rastro mío, de encerrarme y que nadie me mire más. Ahora me sirve no saber nadar, a ver si me ahogo en la lluvia que brota impetuosa. Eres irrespetuosa, pero cautelosa a la vez y crees que vas a solucionar todo, pero al final, lo empeoras.
Oscuridad, llega pronto, necesito refugiarme en el silencio de la nada. Necesito volar en mis sueños y encontrar las cosas que he anhelado desde el uso de razón.
No más, por favor, no más.

"...boys at the school don't think i am."
Quizás esta película me guste tanto por ser del año que nací, quién sabe!!!!

p.d: cero ganas de post- datas esta vez.

martes, 4 de febrero de 2014

Cambiando los aires

(Febrero empezando a hacerme efecto)


Es muy lindo comenzar a dormirte con los recuerdos lindos en la cabeza. Una carta mal escrita, un mate con leche, una visión del sol acurrucándose con el mar. Es lindo ver entre las pestañas que se juntan intercaladas la imagen de las flores amarillas que se crían en tu pelo, muy lindo dormirse imaginando esa voz que te aconseja antes de dormir, sublime si llegas a sentir cosquillas en la punta de la nariz justo luego de una escena que se programó sin querer en tu cabeza. La escena donde apareces tú.
No tengo la menor idea de por qué, pero estas figuras que balancean mi sueño en una cuna hecha de caricias no cumplidas traen la paz necesaria para hacer a un lado el mundo y crear los caminos dorados que (me) llevan a las cosas imaginadas por largo tiempo. Siento el sonido de la brisa en el pecho, quitando todo atisbo de duda, poniendo la cuota de vitalidad. El murmullo de las palabras no dichas, de las frases erguidas en lo alto de una confesión, la golondrina que vuelve a su nido atenta al clamor que la noche enciende. Cesan los sentidos, la vista se vuelve un caleidoscopio cromado que va pixelando cada horizonte lejano. Las manos se encuentran con el cuerpo, las yemas que hormiguean, el corazón que se duerme, el estómago nervioso. Y entonces las palabras que sí fueron dichas (o escritas) comienzan a fluir en una dulce poción de anís estrellado, veneno accidental de los labios, cenizas de un acto rojo y lleno de fuego constante; una poción adictivamente deliciosa. Cesan los sentidos, se oye el bajo palpitando al son del reloj de madera. Y ahí te das cuenta que estás vivo, que al final del día no importa nada más que lo que el fluir te provea. Se sellan los ojos y los párpados se besan con una pasión que impide que se desliguen, la boca se tulle en un botón de rosa estrepitoso, húmedo, insinuante. Se eriza la piel, se nutren las ideas: relampaguea una apertura de cielo en medio del desierto y comienza a llover. Las gotas recorren frías los montes heráldicos, le dan vigor a los deseos más profundos anhelados por el alma, recorren lentamente cada cuesta y hendidura que han de poseer por una noche. Solo eso piden. Así es como aparecen las figuras que sacan a flote las arterias, que hacen recorrer con la mano las sábanas texturadas y llegan a la mata de plantas tropicales sobre los ojos, la alborotan, porque necesitan más y más. Aquí es cuando la poesía se hace nítida, se vuelve palpable, porque ¿qué es poesía sino la interacción y la imaginación?...físicamente es alcanzable en un par de segundos del sueño indomable, alcanzable por la segunda boca del sueño mismo, alcanzable por las manos que recorren texturas imaginando otras, alcanzables por el alma que se conecta con otra en la fantasía enredada en los sesos. 
Lo admito, soy adicta a soñar, pero no me dejen sin recursos, porque no respondo si mi imaginación se confunde con la realidad, no respondo si me creo la que está en el sueño y empiezo a buscar quien provocó los estragos y el desorden impensados.

Zzzz....


p.d: bienvenidas supernovas y nebulosas.

IM-PLACABLE

Y te di el olor
de todas mis dalias y nardos en flor.

Y te di el tesoro,
de las ondas minas de mis sueños de oro.

Y te di la miel,
del panal moreno que finge mi piel.

¡Y todo te di!
Y como una fuente generosa y viva para tu alma fui.

¡Y tú, dios de piedra
entre cuyas manos ni la yedra medra;

y tú, dios de hierro,
ante cuyas plantas velé como un perro,

desdeñaste el oro, la miel y el olor.
¡ Y ahora retornas, mendigo de amor,

a buscar las dalias, a implorar el oro,
a pedir de nuevo todo aquel tesoro!

Oye, pordiosero:
ahora que tú quieres es que yo no quiero.

Si el rosal florece,
es ya para otro que en capullos crece.

Vete, dios de piedra,
sin fuentes, sin dalias, sin mieles, sin yedra,
igual que una estatua,
a quien Dios bajara del plinto, por fatua.

¡Vete, dios de hierro,
que junto a otras plantas se ha tendido el perro!


Juana de Ibarbourou

P.D: no sé si es pena, angustia o rabia, enojo lo que tengo.


domingo, 2 de febrero de 2014

Febrero me está haciendo cosquillas

Febrero llena siempre de agua y calma las vacaciones. Siempre cae rocío anunciando el amanecer este mes, siempre cae la primera lluvia y siempre me encuentro con un poco más de paz durante los 28 días. Es extraño que este mes me cueste menos ignorar muchos de los dardos externos que normalmente me carcomen los pies, sin embargo agradezco mucho el respiro y calma que traen las próximas cuatro semanas. Debe ser por que me mantengo en casa, no hay visitas, paso unos días sola y puedo, simplemente, borrarme de toda situación que pueda llamarse VIDA.
Tengo que admitir que es un momento esperado, un momento anhelado en el que mi espíritu se mantiene neutro, como una aguja y un dedal sin usar. Y siempre es así de irrelevante el mes de Febrero. Me pongo fome, aburrida, desierta y reseca, las gotas duran las primeras madrugadas, pero hace falta menos frío para que no se congelen sobre la piel, falta más candor cuando se deslizan hechas piedras por los muslos.
Las marcas blancas sobre la piel no son más que niebla condensada de los sueños que se estancan en estas fechas. No son más que las nubes resecas en las sienes provenientes del pensamiento. Siento unas telas hiladas por gusanos de la seda tapándome la vista, unos cuantos corchos de larvas en los oídos que no me dejan cambiar mi estado, no me dejan sublimar, no me dejan sublimar.
Espero febrero, pero cuando está encima mío lo único que quiero es que se vaya.


p.d: un día sí, un día no, una semana sí, otra semana no, un mes sí, al otro no. Estoy convirtiéndome en el estropajo otra vez. Hay cosas que tienen fecha de caducidad, y parece que la mía se me fue entre los dedos hacer muuuuuuucho tiempo.

p.d: más encima tienes, tema recurrente, que volver a causar estragos en mi cabeza?