miércoles, 29 de enero de 2014

Sé franco

Me estás ignorando, es obvio.
¿Por qué desprecias mi afecto?
¿Por qué ignoras mis intensiones?
¿Es que ya dejé de surtir ese efecto en ti?
¿Es que ya la madeja se deshiló por completo?
 ¿Podrías escucharme, escuchar mis súplicas?
Me he rebajado tanto, que no sé si sea posible seguir bajando.
Si no ves en mis ojos las ganas de continuar, es porque estás ciego, ciego y con una venda sobre tus ojos.
¿No te das cuenta de lo que siento? ¿No son suficientes las llagas caprinas en mi pecho?
¿Seguirás ignorándome, o tendré que poner más de mi esfuerzo?
Ya no sé cómo humillarme más, cómo arrastrarme más tras tus pies, no sé cómo hacer que concibas que hago lo posible por complacerte, por entenderte, por protegerte.
Me duele el corazón, se me partió el alma con tu último estribor.


p.d: se me partió el alma con tu último estribor.

domingo, 26 de enero de 2014

Enero

Me soñé llorando, en el suelo ahogada de los lagrimones que brotaban a chorro de mis ojos, por un tema muy transversal a todas las cosas en mi vida. EL tema que siempre me ha rondado y llenado de porquería la cabeza. En el sueño me veía debajo de una estructura oscura, pero recostada en el suelo y tapada con sábanas blancas. El llanto era perturbador, doloroso, la angustia me desbordaba, era yo en un pozo hecho con mis propias lágrimas y sin poder dejarlas a un lado. O seguía llorando o moriría en el agua que salía de mi interior. Y finalmente decidí ahogarme, eso fue lo más extraño de todo, preferí ahogarme en el rocío humillante y la oscuridad de los ojos. Desperté con la sensación de haber estado metida en una chacra, sucia y con la pena a flor de piel. Es que ya no sé qué más trascendentes pueden resultar estos sueños que se multiplican desde hace un tiempo.




Pd: sueños raros....

miércoles, 22 de enero de 2014

Modo

Dime cómo puedo ayudarte, cómo puedo llegar al fondo de tu corazón,
de qué manera puedo aliviar la carga que llevas en tus hombros,
cómo alienar de ti todo rastro de angustia,
cómo quitar el dolor.
Dime cómo puedo alcanzarte, cómo puedo tocar el fondo de tu trasfondo,

de qué forma puedo alivianar ese peso del alma, 
borrar cada huella del paso del tiempo,
cómo conservar tu frescor.
Dime cómo poder abrazarte, confortarte, re-confortarte,
de qué modo puedo consolarte, en qué modo aplacar ese ardor
que llevas arraigado tan adentro, tan profundo,
cómo llegar a ti de una vez, por favor.


p.d: me pongo tonta a veces, tengo que recordar que las cosas se dejan volar.

viernes, 17 de enero de 2014

Así me quieres tú...

Se vienen las vaciones y junto con ellas espero varios cambios: aire, tierra y alma
Que el corazón fluya y la sangre se conmute.




Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.      
Corola cerrada

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),


Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,


Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.


Tú me quieres blanca
Alfonsina Storni

p.d: Yo me quiero de otra forma...

viernes, 10 de enero de 2014

Dejé de importarte

A veces creo que es muy cierto lo que dice mi mamá: No pongas tu confianza en los hombres (hombres-mujeres). Porque, siendo honesta, siempre pongo expectativas en el entorno pensando que la gente siempre actuará según lo mejor para quienes "quieren" o para quienes le rodean, esto para un bien común y tranquilidad con algo tan sencillo como la preocupación por los demás. Me equivoqué rotundamente y siento que es muy tarde para remediarlo. He esperado largos días, caudalosas horas, extenuantes segundo mirando cualquier medio que pidiese traerte a mí, el sonido de la chapa en los departamentos aledaños me dio las esperanzas de que te vería atravesar la puerta en algún momento, las esperanzas de que oiría el tono y sería tu nombre el que aparecería en la pantalla. dejaba todas las redes abiertas para ver si aparecía tu nombre por alguna parte, y no. Cuando más te necesité, menos estuviste presente; cuando más me aguantaba las lágrimas en la garganta para hacerlas brotar con tu voz, menos estuviste de frente; cuando más llegaba a la casa esperando tu aroma en el ambiente, menos estuviste, menos estuviste. 
No hubo llamadas, no hubo recados, no hubo cruce de palabras en esta habitación desde hace mucho. Me abandonaste y te fugaste con la primera libertad que se te enredó. 
Ahora me doy cuenta de que debí restarte importancia cuando pude, cuando tuve la opción entre las manos y me convertía en la moira de este hilo
¿Es que no estuve ahí lo suficiente para ti? ¿ no estuve las veces que más me necesitaste, no dejé de lado mis deudas y encargos por servirte?
Me equivoqué. Lo peor de todo es la culpabilidad que siento ahora cuando debería tener otro sentimiento dentro. Y resulta que sé que me voy a seguir equivocando, sé que voy a seguir cayendo, cediendo. Todo vuelve, todo gira, y volvimos al mismo punto donde hemos estado estancados la mayor parte de este tiempo.

p.d: así es, dejé de importarte.

Once in a lifetime... someday.




p.d: dolores musculares.

jueves, 9 de enero de 2014

La lluvia de verano


Cuando menos lo espero, llegas para mantenerte y para hacer que la brisa se sienta con más fuerza en mi cara.
Lluvia solitaria, espero que sirvas para quitar las tensiones y que al menos me des alguna esperanza de que no me estoy convirtiendo en una desnaturalizada. Lluvia, no pares, trata por cualquier medio de ablandarme, de lavar mi cara para volver mañana al disfraz que corresponde. Lluvia veraniega, estamos tú y yo ahora, tú y yo y nada más, permíteme el sueño después de tanta tristeza. 



p.d: no hay fuerza alrededor, no hay pociones para el amor, ¿dónde estás? ¿dónde voy? Porque estamos en la calle de la sensación muy lejos del sol....




miércoles, 8 de enero de 2014

Desahogo mortal

A veces pienso que la angustia no va a terminar: tener (la) presente aunque quiera convencerme de no hacerlo es casi imposible. A veces pienso que me conformo tanto con todas las cosas que toda la disconformidad cae de lleno en el tema en cuestión. Y así es como me encuentro, cada cierto tiempo, en el ritual de borrar imágenes de mi cabeza y de mi pc para no acordarme de nada, para que desaparezca todo rastro de mí y donde no pueda hallar ni la sensatez de lo que una cámara pueda captar. Tiendo a pensar que finalmente la autodestrucción se apodera de los relatos aburridos que a veces fantasean cada rincón de la cabeza haciéndome creer que las cosas van a cambiar, que un día despertaré y todo será la pesadilla con la que despierto llorando de vez en cuando, cuando el fuego ataca mi estado REM. Si al final es una cosa de perspectivas y mi perspectiva está, por decir lo menos, enfocada hacia algo que no puedo detener: la sociedad. A veces lloro, como ahora, cuando me siento sola, cuando necesito de alguien que me haga reír para que se me olvide el tema en cuestión. Necesito de alguien que me haga olvidar todas las imágenes asquerosas que pasan por mi mente cada vez que recuerdo que sigo respirando, que sigo gastando tiempo en tonteras, cada vez que me encuentro haciendo las cosas mal que se reflejan en algo tan trivial como el aspecto. Cuando llega la noche, vuelve el tema a mis manos, a mis ojos, a mi corazón y me inunda de porquerías que -según mi mente- debería haber dejado atrás hace harto tiempo si me había dado cuenta de que la cuestión no iba a cambiar. Si al final voy a tener que recluirme, decirle a alguien que me ponga en una casucha como a la mujer gallina y olvidar de una vez por todas que puedo volver a caer más bajo todavía de lo que ya estoy, no me siento capaz de nada y lo que hago es para dar la satisfacción a quienes toda la vida han estado ahí. Pero, sencillamente, esa satisfacción no va a llegar a mí nunca, porque simplemente no nací para ser rosa, nací para contemplarlas desde lejos, para mirarlas con temor, para desear ser la rosa aunque sea un tiempo fugaz y morir con el encanto que ellas traen. Es tan simple como la pregunta constante a cada minuto en mi cabeza -¿me quedaré así eternamente?- y su inmediata respuesta -sí- y su inmediata contrarespuesta -quizás estés teniendo una pesadilla- y la costumbre de dar la cara contra el piso. Y a pesar de que dentro de todo la vida y Dios han puesto cosas maravillosas a mi alrededor, siento que no las merezco, siento que debería ser algo mucho mejor para todas las personas que día a día me llaman a cada rato,que se preocupan por mí y que ponen todo su empeño en mi felicidad. Creo que si leyeran esto, sentirían que fallaron, aunque no es así. Si alguna vez lo leen, bajo cualquier circunstancia, sepan que no es su culpa, que la culpa la verdad no sé de quién es, pero estoy segura que no fue suya, que quizás tengo la manía de preocuparlos cuando en verdad deberían tratar de por fin vivir sus vidas como lo que merecen y no en función de lo que crean que necesito. Por eso les pido perdón por todas las veces que me equivoqué y por la persona en la que me convertí, y más perdón todavía por mentirles y por encubrir tanto todo esto. No creo que esto me alivie en lo más mínimo, pero cuando estoy sola tiendo a conversar conmigo misma en busca de alguna voz que me haga compañía y saco a flote algunos sollozos de los que me guardo todos los días cuando me topo con todo el desastre en el que me convertí. 


p.d: Me haces falta, mamá. Me haces falta, papá. En estos momentos más que nunca. En estos momentos más que todo en el mundo para aplacar los torrentes que no paran. Para sentir sus abrazos en mí y los cariños que puedan darme para no sentirme tan vacía, para no sentir que he formado una vida a partir de una superficialidad tan grande que me atemoriza.