-Un pedacito de cielo nublado cada día al despertar que me/nos espera para hacerme/nos entender que somos seres hechos de carne y hueso- dice mi alma.
Millones de razones se encuentran y se organizan en torno a las mentes de aquellos que siempre queremos encontrar felicidad.
Y lo único que a uno le cabe en la cabeza para casi consolarse es la REALIDAD que nos espera cada vez que dejamos de TRANSMITIR. Como si un sueño se derrumbara poco a poco es la esperanza de quedarnos flotando en las nubes intergalácticas de nuestras neuronas, de nuestras memorias y lagunas mentales.
-¡Bájate! ¡Bájate de esa alegoría constante que mantienes boquiabierta!- Me decía mi cabeza cien veces mientras tipeaba vagamente los enérgicos golpes que daban las ideas al tratar de escapar desde mi cráneo hirviendo.
Pero hay veces en que esas ideas solo quieren brotar, solo quieren re/encontrarse con la infinidad, con el anhelo de llegar hasta el punto clímax que tanto hace temblar al corazón.
Por eso es mejor tragárselas y esperar a que se encuentren frente a frente con el corazón (siempre y cuando la testaruda lengua no las saque por los labios) y que debatan acerca de las posibilidades de nuestros caminos.
Es bastante gracioso escucharlos discutir como una pareja que nunca podrá reconciliarse y más gracioso es sentirlos adentro como un mar de contradicciones que me arman un dolor de guata tremendo.
Y mi corazón solo se remitía a bombear sangre, como siempre.
Bueno, algún día tendremos que aprender a vivir los tres en este cuerpo- digo yo- mente, alma y corazón.
Las botas de Van Gogh.
p.d: Pucha que me costó sacar de la cabeza la idea que tenía jajajaja
A veces todos nos creemos Van Gogh :)
